Plata fundida
Estas son las cosas del nuevo mundo global: un americano dio la victoria a los rusos en la final del Eurobasket. A Holden, que había naufragado en un partido tenso y de mala factura, le tocó resolver una situación crítica. Para eso están los jugadores importantes. Se jugó el último ataque ruso con la serenidad que le había faltado hasta entonces. Robo, uno contra uno, amago y suspensión sencilla. De libro. España pagó en ese momento el precio de la fatiga, manifestada en una abismal 20% de aciertos en los tiros de dos puntos. A Pepu Hernández le faltó confianza para tomar decisiones agresivas en los momentos difíciles. Rusia confió su destino a Holden. España jugó los minutos decisivos sin Navarro, que no anotó ningún punto. Su figura recordó a la de Holden, con una diferencia sustancial: David Blatt creyó en su base.
(Marca -España-, Santiago Segurola; 17/09/2007
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