Sin identificarse, El Observador visitó a tres reclusos en
el penal de Libertad, donde hace un mes explotó “la peor crisis carcelaria de
la década”
Sacate toda la ropa”, ordena el policía en una habitación de cuatro
metros cuadrados. “Toda la ropa”, insiste. “Date vuelta. Inclinate”.
Cumplo las órdenes y me convierto en una escuadra humana con las nalgas
al aire. Uno, dos segundos de silencio. “Impecable”, gruñe desde atrás
el agente.
(El Observador -Uruguay-, Nicolás Delgado; 20/05/2012)
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